El pago móvil llegó para quedarse

En un momento en el que el pago móvil estaba en boca de todos, nosotros no podíamos quedarnos atrás. Para lanzar nuevas funcionalidades decidimos utilizar Merak, un Spring-Boot vitaminado que añade una capa de resiliencia y conectividad a los sistemas de ING grupo, y nos pusimos manos a la obra. No fue tarea fácil, y surgieron un montón de retos, pero también oportunidades: como poder definir una arquitectura hexagonal para nuestros microservicios, utilizar técnicas de resiliencia como programación reactiva basada en eventos, circuit breakers, nuevas herramientas de logging y monitorización con Kibana y Prometheus, etc.

Para el banco supuso un gran cambio y, junto con nuestros compañeros de infraestructura y de ING Group en Holanda, empezamos a abrir camino. Pero pronto nuestros viernes de camisa hawaiana de verano se convirtieron en sudaderas con el logo del equipo de otoño y en jerséis navideños en invierno. Por eso decidimos proporcionar a los usuarios la funcionalidad sobre el legacy lo antes posible y retrasar la migración a los microservicios a 2020.

Pero 2020 trajo nuevos retos, una pandemia, niños venidos al mundo… cosas que no impidieron que el equipo siguiera trabajando unido. Finalmente, en septiembre pudimos realizar la migración, siendo los primeros en sacar funcionalidad del monolito legacy.

En definitiva, pudimos demostrar el equipazo que somos y ya estamos trabajando en nuevos retos para el año que viene.

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